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Enfoque

Medida ambiental afecta los costos de los fletes navieros

viernes, 14 febrero 2020 - 05:34
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La reducción de las emisiones de dióxido de azufre en los barcos de transporte en el mundo, generó un incremento en los costos de los fletes. Las navieras realizan importantes inversiones para cumplir con la norma.
 
El 1 de enero del presente año entró en vigencia la norma IMO 2020, mediante el cual todas las embarcaciones de transporte marítimo en el mundo deben usar un combustible con un contenido máximo de azufre del 0,5 por ciento masa/masa o implementar métodos equivalentes que reduzcan la emisión de dióxido de azufre.
 
La disposición busca disminuir el impacto ambiental de las operaciones de los barcos, pues estas emisiones afectan la salud pública, en especial, de los habitantes de poblaciones cercanas a las costas.
 
Hasta el año pasado, el límite máximo era de 3,5 por ciento de azufre en el combustible. Pero en 2014, la Organización Marítima Internacional (IMO, por sus siglas en inglés) dispuso la reducción, que entró en vigencia el 2020.
 
A pesar de que la medida tiene un objetivo ambiental y de salud, su aplicación generará un gran impacto económico. “El costo total de cumplir con esta normativa está entre 40.000 y 50.000 millones de dólares para toda la operación de transporte marítima en el mundo, que incluye flota de pasajeros, petroleros, comercial, etc. Para la industria naviera que mueve contenedores se ha estimado el impacto entre 14.000 y 15.000 millones de dólares”, afirma Javier Moreira, presidente saliente de la Cámara Marítima del Ecuador.
 
Este monto se debe a la inversión que ya han comenzado a realizar las empresas navieras en las adaptaciones de sus embarcaciones para reducir las emisiones de sulfuro.
 
Hasta el momento las compañías han identificado tres alternativas: primero, el cambio de combustible, dejando de usar búnker pesado por otro hidrocarburo más ligero; segundo, la instalaciones de filtros o depuradores en los buques; y tercero, el uso de nuevas tecnologías para una combustión menos contaminante, tales como energía solar, gas natural, etc.
 
15.000 millones de dólares, aproximadamente, será el impacto del cumplimiento de la normativa IMO 2020 en la industria naviera que mueve contenedores.
 
En más del 90 por ciento, las empresas han optado por las dos primeras alternativas, indica Moreira.
 
“Para la industria naviera el costo de implementar esta iniciativa es muy caro, y evidentemente lo pasamos al mercado, porque los exportadores y el comercio en general deben entender que la medida es beneficiosa para la salud en general, pero las navieras no lo podemos asumir”, manifiesta Francisco Ulloa, director de Maersk Sudamérica.
 
En el caso de esta compañía, el costo del cumplimiento de la norma IMO 2020 puede exceder los 2.000 millones de dólares.
 
Maersk decidió utilizar combustibles bajos en azufre, los cuales son más caros, e introdujo un recargo de combustible ambiental que se cobra a los clientes en los fletes. “Esta es una manera simple y predecible de recuperar el aumento de costo del bunker a partir de operaciones de contado y contratos más cortos (con validez de hasta tres meses)”, señala la empresa.
 
La compañía realizó el cambio en más de 700 buques portacontenedores en diciembre pasado, luego de realizar diversas pruebas en laboratorio de una amplia gama de formulaciones de combustibles para determinar las mezclas óptimas para sus embarcaciones.
 
Hasta el momento no se puede cuantificar el impacto en los costos de los fletes. Tampoco se puede calcular un porcentaje de afectación, pues depende de muchos factores.
 
“Los costos varían para cada empresa. Depende de la cantidad de barcos, del tamaño de los mismos, la antigüedad de la flota (mientras más antigua más caro), el volumen de la carga, el mercado de destino, etc. Hay diversas variables en la ecuación”, explica Javier Moreira.
 
Lo indudable es que hay un incremento en el costo del servicio de transporte naviero, que en el caso del sector bananero tiene un impacto, pues en este negocio todo centavo cuenta para ser competitivo en los mercados internacionales.
 
“Pero lo que le digo a mis clientes es: tranquilos. A los bananeros de Costa Rica y Colombia también les va a afectar el incremento, pues esta medida es mundial”, asegura Moreira, quien además es ejecutivo de CMA CGM.
 
De acuerdo con la norma IMO 2020, los barcos que no cumplan con el límite máximo de azufre dejarán de operar. Para controlar el cumplimiento, el organismo está usando drones que se colocan arriba de las embarcaciones para medir sus niveles de emisión.
 
Pero esto no para ahí, para el 2025 los barcos deben bajar los niveles de azufre en el combustible a 0,1 por ciento.
 
Ante este panorama varias empresas navieras ya están trabajando en el desarrollo de tecnologías que les permite a sus unidades tener un nivel de cero emisiones de CO2.
 

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